martes, julio 06, 2004

LAS PLAGAS ADQUIEREN RESISTENCIA A LOS TRANSGENICOS

La multinacional Monsanto, a quien España compra grandes cantidades de soja transgénica, fue multada en el Reino Unido por la falta de seguridad de sus plantaciones transgénicas.
Ya en 1996 los agricultores de EE.UU. sufrieron considerables pérdidas en la cosecha de un algodón insecticida Bt, debido probablemente a un improvisto "apagón" del gen responsable de la producción de la toxina insecticida durante una ola de calor. Este accidente afectó a unas 9000 ha de cultivo, que fueron invadidas por una auténtica plaga del insecto que las plantas transgénicas supuestamente debían controlar. En Australia, los cultivadores de algodón denunciaron problemas similares en la temporada siguiente. En la India, la situación es caótica; los agricultores están quemando campos enteros de algodón transgénicos de Monsanto. La toxina Bt que produce la bacteria Bacillus Thuringiensis es un "insecticida natural" que desaparece del medio al poco tiempo. Esta toxina se crea cuando las esporas están formadas y sólo se activa tras la digestión parcial enzimática. En cambio, en las plantas en las que están introduciendo genes para producir esta toxina, es decir para generar su propio insecticida, la toxina está constantemente presente y afectará tanto a las especies dañinas como benignas. Estudios realizados in vitro han demostrado que la toxina Bt puede dañar los glóbulos rojos de ratas, ratones, ovejas, caballos e, incluso, humanos. La toxina Bt "no natural" persiste más en el medio y se acumula en el substrato. Además, estudios realizados en EE.UU. han demostrado ya que el taladro está adquiriendo resistencia. Esta es la razón por la que las compañías de biotecnología aconsejan a los agricultores seguir cultivando una parte del terreno con plantas no transgénicas, para que sirvan de refugio a los insectos y evitar que se hagan resistentes. Cosa que, por cierto, ha desconcertado mucho a los agricultores, que no entienden para qué se han hecho las modificaciones genéticas si después tienen que tomar tantas precauciones. Novartis recomienda dejar como "refugio" un 20% del terreno cultivable. Esta precaución no se está respetando en España. Los agricultores no disponen de grandes extensiones de terreno cultivable y no están dispuestos a pagar más porlas semillas transgénicas y no poder sacarle el máximo rendimiento. Respecto a esta cuestión de la resistencia de los insectos, la Comisión Europea, tras aprobar la comercialización y cultivo del maíz transgénico en Europa, indicaba que "no existía ningún problema si los insectos se volvían resistentes al Bt pues se tenían los medios habituales para combatirlos". Es decir, ¡que se seguirían utilizando productos químicos! Increíble si se tiene en cuenta que el principal argumento para su aprobación había sido la promesa de acabar con el uso de productos tóxicos. Y mucho más evidentes resultan los objetivos de las multinacionales de
la ingeniería genética, al comprobar la realidad: tres cuartas partes de los 34 millones de hectáreas dedicadas a los cultivos transgénicos en el mundo,son plantaciones resistentes a los herbicidas(que venden las mismas empresas), es decir, que están manipulados precisamente para que puedan tolerar cantidades de herbicida hasta tres veces superiores a las habituales.

Tomado de: http://www.enbuenasmanos.com/ARTICULOS/muestra.asp?art=133